Como ya habrán observado algunos lectores, casi todos los sistemas desarrollados para este website responden a la filosofía del swing-trading, por lo que inicialmente acariciamos la idea de llamar a nuestra página “SwingTradingSys”; si bien, no renunciamos a investigar otras modalidades del trading sistemático.
Las principales características de esta operativa -a la que algunos autores también denominan short term trading- se pueden resumir en los siguientes seis puntos:
Se aprovechan los frecuentes movimientos al alza o a la baja (stock reverses) circunscritos a una tendencia mayor del mercado o las bandas de precios delimitadas por algún tipo de canal.
La selección de mercados o valores muy activos suele ser, al igual que en el day-trading, uno de elementos decisivos en la aplicación de estos sistemas, ya que frecuencia y el escaso tamaño medio de las operaciones supone un significativo gasto en comisiones y deslizamientos. Por ejemplo, en el E-mini SP y Nasdaq, muy pocos sistemas consiguen eludir un gasto fijo de entre 0,50 y 0,75 pb. por operación cerrada.
Cuando se opera entre los dientes de sierra de una tendencia o en los estrechos márgenes de fluctuación de un movimiento lateral una adecuada elección de los mecanismos de cierre de posiciones resulta un factor aún más decisivo y complejo que las propias reglas de entrada.
En principio, un sistema de este tipo deberá ofrecer resultados casi simétricos entre posiciones a corto y a largo, ya que, de otro modo, no sacará suficiente partido de los poco frecuentes momentos en que las oscilaciones de corta amplitud (2-5 días), -por lo general, momentos de fuerte indecisión en los mercados- justifican claramente el potencial de esta estrategia.
Proliferan buenos sistemas swing del tipo tendencial y antitendencial, si bien parece existir cierta evidencia a favor de las configuraciones antitendencia para time frames muy pequeños, en los que una vez definido un canal de precios no resulta difícil establecer con cierta precisión puntos de vuelta (pivot points).
La distribución temporal de operaciones debe ser estable y regular, al igual que el tamaño medio de las operaciones cerradas con beneficios y pérdidas. Por lo general, los sistemas de este tipo se sitúan en un rango de una a tres operaciones cerradas por semana, lo que suele dar un valor medio superior a las 100 operaciones por año. Mantener funcionando de manera automática y continua sistemas con ratios de operación más bajos desvirtúa el sentido de esta operativa.
FACTORES A TENER EN CUENTA PARA LA SELECCIÓN DE ESTE TIPO DE SISTEMAS.
Existen numerosas páginas
web que ofrecen servicios de alojamiento, gestión, clasificación y explotación comercial de estos sistemas. Algunas publicaciones de reconocido prestigio, como
Futures Truth, elaboran
rankings actualizados periódicamente que permiten analizar las ventajas de muchos de estos sistemas en diferentes mercados y configuraciones. En general, a la hora de incorporar a nuestra
cartera diversificada de sistemas una nueva estrategia realizada bajo la filosofía swing-trading, debemos considerar los siguientes factores:
(A) ¿Qué estamos comprando? ¿Un programa independiente que podremos instalar en nuestra plataforma de
trading y operar con total libertad o un sistema de distribución de señales que podremos consultar en la web o nos enviarán por correo electrónico? Y, en el primer caso (opción siempre preferible), ¿Se trata de un programa cerrado, tipo “blackbox” o de un programa “open-source” que nos permitirá conocer las reglas (y si es preciso modificarlas)?
Muchos desarrolladores y distribuidores ofrecen las tres posibilidades con distintos precios. En nuestra opinión el único sistema que realmente merece la pena es aquel que permite al usuario final conocer con toda claridad las reglas en que se fundamenta la operativa. Demasiada aleatoriedad acumulan los mercados de por sí como para permitirnos añadir una nueva fuente de incertidumbre en la gestión de nuestras carteras.
(B) Margen de seguridad: ¿Qué capital inicial es necesario para operar el sistema? Algunos distribuidores ofrecen este dato como múltiplo de las garantías depositadas (por ejemplo, cuando se recomienda un
acount size 5:1, se está estableciendo el margen de seguridad en cinco veces las garantías pedidas por el broker para ese tipo de contrato); otros lo expresan como suma del
drawdown histórico (a veces no quedará claro si es hipotético o real) y las garantías.
(C) Beneficio en operaciones cerradas. Debemos fijarnos en el beneficio anualizado y mensual. Algunos sistemas incluyen también el beneficio mensual en operaciones abiertas (open equity) que es saldo de las posiciones abiertas a fin de mes calculado a partir del precio de entrada. En nuestra opinión, más que el beneficio final (final equity) interesa la distribución de beneficios en una serie histórica de operaciones suficientemente representativa de los mercados en que opera el sistema. Muchos desarrolladores ofrecen además el gráfico de la curva de beneficios (o equity curve), cuya pendiente debe ser suave y continua, sin grandes irregularidades que denoten momentos de fuerte drawdown.
Debemos fijarnos en el beneficio anualizado y mensual. Algunos sistemas incluyen también el beneficio mensual en operaciones abiertas () que es saldo de las posiciones abiertas a fin de mes calculado a partir del precio de entrada. En nuestra opinión, más que el beneficio final () interesa la distribución de beneficios en una serie histórica de operaciones suficientemente representativa de los mercados en que opera el sistema. Muchos desarrolladores ofrecen además el gráfico de la curva de beneficios (o ), cuya pendiente debe ser suave y continua, sin grandes irregularidades que denoten momentos de fuerte .
(D) Series de pérdidas. Los descensos de la curva de beneficios son un dato clave para evaluar la calidad de cualquier sistema, con independencia del ratio de beneficios que éste sea capaz de obtener.
Existen dos formas de medir el drawdown: (1) Como la peor serie de pérdidas en operaciones cerradas (a la que denominaremos estimación optimista) y, (2) como la mayor serie de pérdidas absoluta (estimación pesimista) desde un pico hasta un valle del la curva de beneficios incluyendo las operaciones abiertas. Por otro lado, este dato suele ofrecrecerse en distintos rangos temporales dependiendo del tipo de sistema. Por ejemplo, en el day-trading, interesa conocer la mayor pérdida diaria, semanal y mensual, mientras que en el swing-trading, los datos proporcionados suelen ser mensuales y anuales. El miedo y un lógico sentido de la prudencia han hecho célebre la afirmación de que “el peor drawdown es el que está por venir una vez comienza la operativa”. Por ello, no esta de más situarse en el peor escenario posible, e incluso someter las series de operaciones del sistema a pruebas más exhaustivas, como las simulaciones de Montecarlo.
(E) Otros ratios. Los sistemas comerciales suelen aparecer arropados por una retahíla interminable de ratios con los que se trata de justificar de algún modo la calidad del sistema y el precio a pargar por él. Si estas medidas se refieren a pruebas out-of sample o, mejor aún, a la operativa real durante un período no inferior a los dos años, serán de gran ayuda en la en nuestra decisión final sobre el sistema. En caso contrario, incluso considerando grandes series temporales, siempre planeará sobre ellas el “estigma” de la sobreoptimización. Junto a ratios que ya nos son familiares, como el profit factor o el ratio de Sarpe, se citan con frecuencia el ratio de Stearling (relación entre beneficio medio ponderado y drawdown correspondiente) o el ratio de Sortino (relación entre el beneficio medio del sistema y una inversión libre de riesgo, generalmente la rentabilidad del bono a 10 años).
(F) Sistemas de fijación de stops. En general, preferimos los
stops dinámicos, tanto los basados en un porcentaje fijo sobre la curva de beneficios como los de tipo
Chandelier que emplean unidades ATR. Sin embargo, existen otras muchas formulaciones complejas para establecer los puntos de cierre de posiciones que ofrecen buenos resultados. Con todo, el operador del sistema debe conocer de manera precisa las reglas de salida para poder estimar, al menos de manera aproximada, la cantidad máxima de dinero que está arriesgando en cada operación. Algunos sistemas ofrecen también estrategias de cierre de posiciones por
objetivo de beneficios, si bien sobre esta cuestión permanece abierta una larga polémica que será abordada en otros artículos.
Existen otras muchas cuestiones a considerar en la elección de un buen sistema tipo swing, como el número de mercados y time frames en los que puede operar de manera consistente, o el modo de encajar esta nueva estrategia en nuestra cartera de sistemas. Nunca está de más recordar –aún a fuerza se ser reiterativos- que no existe un sistema perfecto. Cada estrategia automatizada tiene su propio rango de aplicabilidad que dependerá de cómo el conjunto de reglas y parámetros empleados sean capaces de extraer información de los mercados aprovechando las escasas pautas discernibles en un escenario básicamente aleatorio. En estas condiciones, sólo una adecuada combinación de sistemas y mercados poco correlacionados, junto con una sólida estrategia de gestión monetaria pueden marcar la diferencia entre “dar bandazos al azar con pendiente positiva o dar bandazos al azar con pendiente negativa”, al dibujar una secuencias de operaciones ganadoras y perdedoras cuya distribución es también aleatoria.
Con todo, la principal virtud de los sistemas es que nos ayudan a eliminar la, a mi juicio, principal fuente de riesgo en los mercados: Nosotros mismos.
Algunas referencias bibliográficas:
| Alexander Elder, Come in to my trading room: A complete guide to Trading, Wiley and Sons, 2002. |
| Jon D. Markman, Swing trading: Power strategies to cut risk and boost profits, Wiley and Sons, 2003. |
| Alan S. farley, The Master Swing Trader: Tools and Techniques to Profit from Outstanding Short-Term Trading opportunities, McGraw-Hill Professional, 2000. |
| Bo Yoder, Masterin Futures Trading, McGraw-Hill Professional, 2004. |
A. García
© Tradingsys.org, 2005