El sistema permanece prácticamente plano durante las primeras 57 operaciones. Incluso en algunos momentos pierde al rededor de un 20% sobre el capital inicial. Finalmente, se produce el despegue acumulativo (fase característica de estos métodos) hasta un máximo de 6 contratos y una meseta de 5.
Max. Draw Down: 24,27%
Un interés compuesto ligeramente superior al 20% durante 10 años igualaría el rendimiento de nuestro sistema. Desde luego, es un interés muy alto. Podríamos pensar, llevados por la euforia inicial de las cifras, que contraviene la hipótesis de Malkiel, pero no olvidemos el elevado grado de apalancamiento que nos proporciona la operativa con futuros. Si aceptamos un "modesto" ratio de apalancamiento 2:1 para nuestra cartera. Ya estamos nuevamente en el terreno de juego de la hipótesis fuerte. No hemos descubierto el Santo Grial, no hemos hecho nada sorprendente, salvo aplicar reglas racionales para la gestión del dinero.
(2) Generalized Ratio Position Sizing. Se trata de una versión mejorada del método anterior específica del programa MSA. Incluye un exponente en la fórmula original de Rayan Jones para suavizar el crecimiento de contratos en series muy largas. Si el valor del exponente es 0.5, se obtiene el mismo resultado que con el método anterior. Al disminuir este valor, se consigue un DD menor para un número de contratos más reducido. También se puede aumentar el valor gradualmente hasta un DD límite.
Por ejemplo, en el caso anterior, el DD máximo era de 24,27%. Supongamos que no nos importa aumentarlo hasta el 30%. En tal caso, con un exponente de 0.63 se consigue una solución optima con un beneficio final de 2.182.813$ y un pico de 17 contratos.
(3) Fixed Dollar amount of Equity per Contract. Se trata del método más sencillo de posicionamiento. Aquí simplemente establecemos la cantidad en que debe aumentar (o disminuir) nuestro beneficio para añadir (o restar) un contrato. El problema de este método radica en su simplicidad: Muestra una insidiosa tendencia a adoptar valores extremos -y poco realistas- en series muy grandes. En nuestro ejemplo, y con un valor de 60.000$ por nuevo contrato, se obtiene el siguiente gráfico:
Maravilla -y causa perplejidad- el aumento casi exponencial (y su vertiginosa disminución) de la cuenta de resultados: Con un pico de 103 contratos se obtiene un beneficio máximo de 6.133.222$ ¡Uf!. Jugar con fuego y hacer pactos con el diablo es muy peligroso. ¿O no?
(4) Fixed Risk (Fixed Fractional Position Sizing). La idea, procedente de Ralph Vince, consiste en basar el posicionamiento en el riesgo por operación. La fórmula original es: N=f*Equity/[trade Risk]. En el simulador podremos jugar con diferentes niveles de riesgo hasta obtener una solución óptima. Por ejemplo, si estamos dispuestos a asumir un riesgo de 6,5% por operación (una auténtica herejía), obtendremos un gráfico tan brillante como este:
Por último, concluiremos este artículo analizando un método de salida o de reducción de la exposición implementado en el simulador. La idea es muy simple y se puede trasladar fácilmente a los sistemas creados con Visual Chart, en lugar de establecer un stop estático o dinámico, fijamos como señal de cierre parcial o total de posiciones el cruce de una media móvil de "x" operaciones sobre nuestra curva de beneficios.
Bastará con establecer alguna de las dos siguientes condiciones:
(1) Parar la operativa cuando la media móvil de "x" operaciones cruza en sentido ascendente o descendente la curva de beneficios. Demasiado tosco. No me gusta.
(2) Aumentar o disminuir el tamaño de la posición en un determinado porcentaje cuando tiene lugar el cruce de la media móvil con la curva. Se trata de una solución simple, pero efectiva en combinación con otras estrategias de money management ya descritas. Vemos un ejemplo: Pongo como condición que se reduzca en un 50% el número de contratos en los cruces a la baja y se aumente un 25% en los cruces al alza. Mantengo el método fixed risk anterior.
Como podemos ver, obtengo un beneficio final de 2.738.645$ con un DD. de solo el 25,8%. ¡No está mal, verdad!.
En fin, para ir concluyendo:
(I) A un sistema no optimizable, y en apariencia mediocre, le hemos exigido que, como mínimo, funcione en una cesta de seis mercados, de manera consistente con la rentabilidad esperable a largo plazo a las bolsas. Quizá alguien piense que no es mucho. Ya me gustaría que todo ese arsenal de sofisticados sistemas que venden a pelo de demonio algunos adoradores del Santo Grial hiciese lo mismo sin necesidad de optimizar.
(II) Hemos comprobado que una buena parte del beneficio obtenido por un sistema no depende tanto de las reglas de entrada (que todos tentemos a sobrevalorar) sino de las estrategias empleadas para limitar el riesgo y gestionar el capital empleado.
(III) Un sistema no debería estar pensado para domesticar el azar inherente a los mercados (vano intento propio de neófitos), sino para imprimir algo racionalidad a nuestra forma de invertir.