En el presente artículo vamos a explorar el imaginario de los sueños desbocados, de las curvas imposibles y de las máquinas de hacer millones. Para ello nada mejor que construir paso a paso un sistema HFT mediante técnicas de programación genética. Para ello emplearemos la aplicación Builder 2.0.
Cuando construimos un sistema con la misma configuración para largos y cortos estamos asumiendo que existe una simetría estructural en los mercados según la cual la duración y amplitud los movimientos alcistas y bajistas es en promedio la misma. Sin embargo, algunos estudios demuestran que esto no es así.
Una estrategia guiada por eventos es aquella que busca explotar las ineficiencias en la valoración de empresas que tienen lugar en los momentos inmediatamente posteriores a la difusión de hechos corporativos relevantes o bien el impacto de noticias macro sobre determinados sectores o grandes índices. De hecho, cualquier noticia susceptible alterar el precio de las cotizaciones puede proporcionar un edge al trader si éste actúa con suficiente rapidez.
Desde el momento en que se diseña una estrategia conviene tener en mente que en algún momento dejará de funcionar. El cómo y cuándo lo haga ya es una cuestión mucho más controvertida e imposible de predecir. Pero lo que sí conviene tener establecido es un protocolo que nos permita detener la operativa cuando una estrategia evidencia claros síntomas de agotamiento.
Les presento, con verdadera satisfacción, un artículo de Carlos Prieto en el que se aborda un tema pocas veces analizado en el trading sistemático, pero que constituye la culminación de ese proceso de aprendizaje -en permanente revisión- al que se ve avocado el trader experimentado, cuya meta no es ganar más sino trabajar mejor. El desarrollo de metodologías eficientes para operar en los mercados de manera rigurosa, contrastable y profesionalizada requiere dotarse de instrumentos para gestionar la calidad de nuestra operativa. Este será el hilo conductor de esta pequeña serie de artículos que iniciamos.
Parafraseando el viejo dicho; "conoce a tu enemigo...", hemos de asumir que, en cualquier modalidad de trading, muestro principal enemigo será el riesgo inherente a la operativa. Evaluarlo implica que disponemos de un historial de operaciones, suficientemente amplio y fiable, para estimar, con cierto grado de aproximación (jamás de manera completa), los elementos de la ecuación R/R.
En esta segunda parte analizaremos el potencial de las estrategias MM Stop ya descritas mediante un estudio de caso. Aplicaré un sistema intradiario basada en el cruce de medias adaptativas a una cartera compuesta por diez productos derivados. Mi objetivo es determinar si las fórmulas de cierre sensibles a la volatilidad de los mercados aportan, de manera concluyente, algún beneficio adicional que justifique su implementación en sistemas intradiarios.
Una de las técnicas más empleadas en operativa sistemática consiste en situar, una vez confirmada la ejecución de una orden, un stop de protección del capital (o Money Management Stop) que permita abandonar con rapidez la posición cuando se produce un giro inesperado en la evolución de los precios. Sin embargo, esta práctica, lejos de resolver el problema de fijar un riesgo límite objetivo y preciso, puede ocasionar cuantiosas pérdidas cuando se utiliza de forma inadecuada.
En el primer artículo de esta serie (dic-2007) vimos como algunos índices europeos parecen acomodarse bien a un ciclo estacional de rendimiento óptimo y bastante persistente, que va del primer día laborable de octubre al último de abril. Ahora vamos a analizar esta cuestión desde un planteamiento diferente: La gestión de carteras de acciones siguiendo la lógica de minimizar la exposición al riesgo obteniendo rentabilidades superiores a las de otras estrategias pasivas de renta variable.
Confieso que en mi experiencia como inversor independiente interesado por la operativa sistemática he dedicado muy poca importancia al timing o capacidad predictiva de los modelos basada en ciclos temporales. Hasta hoy, nunca he sido capaz de implementar ninguna estrategia viable que saque partido a las más populares anomalías de calendario, pautas diarias, efectos de principio y fin de mes, ondas de Kondratieff (k-waves) y cosas así. Lo cual no quita que tales procesos cíclicos puedan tener algún valor predictivo bajo ciertas condiciones.
Que un sistema alterne rachas ganadoras y perdedoras de amplitud variable es lo normal. Que estas sean impredecibles y difíciles de controlar, incluso con las mejores técnicas de diversificación, también entra dentro de lo normal. Pero que nuestro flamante sistema, sometido a todo tipo de perrerías en backtestig y walk-forward, comience a rodar sin frenos por el precipicio de los números rojos a los pocos días de comenzar la operativa, es algo que debería preocuparnos, y mucho.
El estudio de la curva de beneficios constituye uno de los mejores instrumentos la hora de analizar la evolución de una cartera sistemática. Los principales ratios, por muy prometedores que resulten, sólo proporcionarán una foto fija sobre el resultado final obtenido; nos hablan del punto de llegada, pero nada dicen del viaje recorrer ni de los avatares que habrá que sortear sobre la marcha.
Cuando abrimos una posición en los mercados existe una probabilidad no desdeñable de que, acto seguido, ocurra prácticamente cualquier cosa. Incluso las situaciones más inverosímiles se darán cita, casi siempre en contra de nuestros intereses, si aguardamos el tiempo suficiente.
Cuando se trata de evaluar la calidad de una estrategia de trading, la primera cosa que casi todos solemos hacer es contemplar con avidez sus estadísticas, para asegurarnos de estar ante un sistema que da la talla. No es un mal comienzo. Sin embargo, con frecuencia olvidamos que muchos de los ratios son redundantes y que la mayoría fluctúan constantemente con cada nueva operación.