¿Realmente consiguen generar alpha los portfolios dinámicos o de asignación activa? ¿Su mayor complejidad está plenamente justifica? En este artículo veremos las ventajas e inconvenientes de la gestión estática frente a la dinámica y repasaremos las diferentes técnicas para construir carteras de ETFs desde un enfoque cuantitativo basado en reglas discretas.
En la literatura especializada se
utiliza la expresión market timing
models para hacer referencia al conjunto de estrategias gestoras basadas en
modificar periódicamente los activos de una cartera y sus ponderaciones en base
a previsiones sobre la evolución de los mercados. Estas estrategias pueden ser
discrecionales o cuantitativas. Las primeras se basan en las opiniones o
pronósticos de un conjunto de expertos, o en esa difusa entelequia a la que
algunos llaman “consenso del mercado”. Las segundas emplean modelos basados en
reglas que pueden evaluarse rigurosamente en una ventana temporal
específica. Sin embargo, dado el
carácter cuasi aleatorio de las formaciones de precios, ni las unas ni las
otras gozan del favor del mundo académico.
De hecho, son frecuentes las
voces críticas contra la implementación de estrategias dinámicas; sobre todo
aquellas con alta rotación de activos y periodos de rebalanceo demasiado cortos.
Muchas de estas críticas hacen referencia al carácter inherentemente
impredecible de los mercados o se basan en evidencias empíricas de que los
gestores muy activos son incapaces de batir a sus propios benckmarks de referencia. También parece claro que el peso de los gastos es un factor determinante.
Numerosos estudios demuestran que, en promedio, no ganan más los fondos más
activos, sino los más baratos. Otras investigaciones concluyen que los gestores
más activos, con independencia de su estilo inversor y de la información que
manejen, suelen comprar demasiado tarde y vender demasiado pronto. Lo que
parece indiscutible es la enorme movilidad de los rankings de fondos: aquellos
que ocupan un año los primeros puestos no suelen permanecer en ellos en años
sucesivos.
Sin embargo, y al margen de estas críticas, parece existir un interés renovado en el estudio de metodologías alternativas a la gestión estática, tanto en lo referente al diseño de algoritmos para la gestión de portfolios en plataformas de trading convencionales como en el desarrollo de complejos robo-advisors que ofrecen al inversor la posibilidad de construir y gestionar automáticamente carteras personalizadas, minimizando los gastos al eliminar el componente humano.
DIFERENCIAS ENTRE CARTEARAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS
En la siguiente tabla resumimos las principales diferencias entre las carteras de asignación estática y dinámica:
Vemos con más detalle estas diferencias:
En el caso de los portfolios dinámicos basados en reglas
parametrizables será obligado realizar además análisis tipo walk-forward para establecer los valores
de los parámetros minimizando el riesgo de sobreoptimización.
TIPOS DE ESTRATEGIAS DINÁMICAS
Aunque la variedad es inmensa podemos destacar los siguientes abordamientos:
En todos los casos se pueden
implementar algoritmos rotacionales y de asignación adaptativa. La principal
característica de estos algoritmos es que se aplican en nivel de porfolio,
raramente se construyen estrategias diferenciales para cada activo o grupo.
Veamos algunas características y ejemplos de cada categoría:
1.- Smart-beta o factor-investing.
Estas estrategias se basan en
planteamientos bien asentados del mundo académico como las teorías
multifactoriales de Fama y French y los desarrollos posteriores de Frazzini y
Pedersen. Básicamente se trata de identificar factores en los activos que
detecten el “premium del mercado” y el “premium del valor”.
El primero estaría en el momento
y en la baja volatilidad. Es decir, en la capacidad de los mercados de iniciar
tendencias alcistas de gran amplitud, así como en los sectores y activos que
con menor volatilidad relativa, son capaces de generar retornos incluso
superiores a los del conjunto del mercado.
El segundo estaría en
características específicas de determinadas empresas y grupos: calidad, valor
frente a crecimiento, alto dividendo, tamaño, innovación, sectores
estratégicos, etc.
En la siguiente tabla podemos ver algunos de los factores más estudiados y el exceso de retorno generado por el factor en los mercados USA durante el período 2001-2017:
Los gestores profesionales suelen
construir carteras basadas en un único factor o combinan un pequeño número de
ellos en función de las características del portfolio. Combinar demasiados
factores no es buena práctica y acaba produciendo el efecto de regresión a la
media del mercado.
Veamos algunos ejemplos:
2.- Core-Satellite
Estas
carteras gozan de bastante popularidad entre los gestores profesionales al
sintetizar lo mejor de la gestión pasiva y activa. Se construyen a partir de un
núcleo estable formado por ETFs de mercados globales y bonos. Este núcleo, que
suele acomodarse a la típica distribución
40/60 de Markowitz, sigue un modelo de asignación estática, con
rebalanceos periódicos cuyo único propósito es mantener estables las ponderaciones
y representa la parte más conservadora
del portfolio. Su peso oscila entre el 80% y el 50% del capital invertido.
Las inversiones satélite son gestionadas de manera más activa, siendo su propósito aportar una rentabilidad superior a la de los índices de referencia de la gestión pasiva. Existen tres aproximaciones para diseñar carteras satélite:
No
diremos más sobre este tipio del portfolios. Nos remitimos al artículo que
publicaremos próximamente en la revista Hispatrading y
que aborda a fondo de este tipo de carteras.
3.- Momento, Canales y medias.
Este
es el modelo dinámico para carteras conceptualmente más sencillo y fácil de
implementar. Cuando hablamos de momento hay que distinguir entre momento absoluto
y relativo. El momento absoluto no es
más que el principio de continuidad de la tendencia. Es decir, la probabilidad
de que un activo continúe su recorrido alcista o bajista una vez iniciado. Las
medias, canales de precios y otros indicadores técnicos sirven para construir
modelos de timing seguidores de
tendencias. El momento relativo es la rentabilidad comparada de un valor con
respecto a otros valores en cartera, a
un sector de la economía o a un mercado de referencia. Esto permite construir modelos
rotacionales basados en rankings de rentabilidad. De este modo, los activos que
ocupan los primeros puestos en un intervalo temporal dado se mantienen en
cartera o se incrementa su ponderación y los que ocupan los últimos puestos se
sacan de la cartera o se disminuye su ponderación en el período siguiente.
Un
modelo dinámico muy básico consistiría en alternar entre renta variable y renta
fija en función del timing del
mercado. Por ejemplo, supongamos una cartera compuesta solo por estos 2 ETFs: iShares 7-10 Year Treasury Bond (IEF) y SPDR S&P 500 (SPY).
La lógica es muy sencilla:
Como
vemos el portfolio se implementa en barras mensuales y se evalúa una vez por
trimestre. Así que su lógica no puede ser más sencilla y su gestión también.
Pese a esta simplicidad estructural los resultados obtenidos son mucho mejores
que los de una cartera estática y equiponderada, basada en comprar y mantener
SPY y EIF por tiempo indefinido.
Seguidamente mostramos los resultados del modelo en una simulación realizada con la excelente plataforma Portfolio Visualizer:
Fuente: Portfolio Visualizer
En la imagen inferior vemos como la cartera va alternando entre renta fija (IEF) y renta variable (SPY) en los diferentes períodos del histórico analizado:
Existen
algunos modelos de este tipo muy estudiados por la comunidad inversora. Uno de
los que más me gustan es el que popularizó Dick Stoken en su libro Survival of the Fittest for Investors. En él describe un portfolio dinámico
denominado: “Active Combined Asset” (ACA) que utiliza un canal de precios para
determinar el momento absoluto y posicionarse en activos de riesgo: Mercado
global, oro y bienes raíces. Cuando
alguno de estos activos rompe el canal a la baja es sustituido por activos defensivos;
básicamente bonos del Tesoro a largo y medio plazo.
Encontramos
una completa descripción de este sistema y sus reglas en la web
AllocateSmartly: Stoken’s
Active Combined Asset Strategy.
3.-
Fuerza relativa.
Mebane
Faber dio a conocer en su artículo: Relative
Strength Strategies for Investing
(2010) uno de los sistemas rotacionales más fáciles de implementar, pero que pese
a su sencillez ha demostrado enorme potencial y cuenta con gran cantidad de
seguidores. Su estrategia compara la fuerza relativa de un amplio grupo de
activos previamente seleccionados, elaborando un ranking para invertir
mensualmente en aquellos que van en cabeza. Mensualmente se evalúa dicha
clasificación y los activos rotan en función de su “fortaleza relativa” durante
los últimos n meses.
Existen
variantes posteriores algo más complejas en las que es posible ajustar la
rentabilidad relativa por volatilidad y establecer un mecanismo basado en
medias (momento absoltuo) para cerrar posiciones y pasarse en fondo a la renta
fija.
En la
web de Mebane Faber: Meb Faber
Research encontramos numerosas variantes
del modelo, otros muchos portfolios basados en el timing e investigaciones sobre estos conceptos. En la excelente
web: Extrategic
Dashboard, tenemos una explicación
detallada del portfolio de Faber Tactical
Assets Allocation (TAA) y un
pormenorizado Backtest.
4.- Dual
Momentum.
Otro clásico de los portfolios dinámicos en el Dual Momentum (DM). Esta estrategia, descrita por Gary Antonacci en su libro Dual Momentum Investig (2015), combina el momento absoluto y el momento relativo para construir un portfolio rotacional en el que:
En este modelo hay varios parámetros que deben ser elegidos cuidadosamente:
Uno de los modelos más estudiados y que fue planteado por el propio Antonacci en su libro, es la cartera Golbal Equities Momentum (GEM), que utiliza solamente 3 activos: Mercado local USA (ej. VTSMX), mercado mundiales – ex US (ej. VTSMX) y renta fija a muy corto plazo (T-bill). Tenemos una buena explicación del GEM en: Prospecting Dual Momentum With GEM. En AllocateSmartly también aparece descrito y evaluado en detalle el modelo de Antionacci: Composite Dual Momentum.
5.- Adaptive
Asset Allocation (AAA)
Hace
un par de años, Adam Butler, Michael
Philbrick y Rodrigo Gordillo publicaron una obra muy comentada entre los
gestores profesionales: Adaptive Asset Allocation: Dynamic Global
Portfolios to Profit in Good Times - and Bad . En
ella proponen un modelo rotacional en el que se combinan momento relativo y
volatilidad. La idea es seleccionar periódicamente los activos en cartera mediante un ranking de rentabilidad
relativa y establecer dinámicamente sus ponderaciones bajo los criterios de la
mínima varianza o de la volatilidad inversa. En suma, se trata de elegir los
activos con mayor momento de un conjunto previamente seleccionado pero
manteniendo el riesgo bajo control.
Los
parámetros optimizables del modelo son el número máximo de activos por período,
el número de meses para el cálculo del momento y el número de meses para el
cálculo de la volatilidad. Este modelo parece funcionar muy bien en una lógica
de rotación de sectores de la economía, aunque también debe ser completado para
períodos bajistas con activos de renta fija.
La
principal diferencia con el modelo de Antonacci es el tipo de asignación. En el
Dual Momentum la asignación es
estática, de tipo equiponderado. En el modelo adaptativo, los porcentajes de
asignación son los que minimizan el ratio diana (volatilidad, mínima varianza)
en cada período.
Butler,
Philbrick y Gordillo ha desarrollado desde su empresa ReSolve
varios fondos con esta filosofía adaptativa. En su web pueden verse su
descripción y resultados. Una explicación más detallada del modelo AAA puede
encontrase en este artículo de los citados autores.
6.- Event
Driven
Las
estrategias tipo Event Driven suelen
ser muy comunes en la industria Hedge Fund. Como su nombre indica, tratan de
sacar partido de hechos relevantes que se difunden en los mercados y que pueden
afectar a la valoración de determinadas empresas o sectores.
En
conformidad con la teoría de la eficiencia de los mercados, se trata de sucesos
infrecuentes, que se difunden rápidamente y cuyo efecto acaba siendo descontado
en un corto espacio de tiempo. Así que aquí intervienen dos factores: Rapidez y
capacidad interpretativa. Por un lado las fuentes de información deben ser
ágiles, precisas y a ser posible exclusivas y, por otro, los equipos gestores
deben interpretar correctamente el alcance de las noticias y tomar decisiones
en una ventana temporal muy pequeña, prácticamente en tiempo real.
Una
variante reciente del event driven discrecional, demasiado exigente en recursos humanos
y solo al alcance de los grandes fondos, son las plataformas y algoritmos que
responden automáticamente a las calificaciones de agencias y otra información
difundida por los canales de noticias financieras.
Un ejemplo de esto lo encontramos en la aplicación Portfolio Builder, presente en la plataforma TWS de Interactive Brokers, que facilita al pequeño inversor la posibilidad de crear portfolios personalizados de tipo rotacional incluyendo reglas dinámicas basadas en los raitings de los analistas entre otros muchos criterios.
Configurador de estrategias de Portfolio Builder (Interactive Brokers)
EN CONCLUSIÓN:
Las
estrategias dinámicas, y en particular los modelos algorítmicos basados en
técnicas de market timing tienen un
gran potencial para generar portfolios adaptados a las necesidades de cada
inversor, capaces de mostrar cierta adaptabilidad a la dinámica de los
mercados, con un control más preciso del riesgo. Además eliminan o minimizan el
componente humano en la toma de decisiones discrecionales evitando errores y
abaratando los costes de gestión. Sin embargo, todas estas ventajas tienen un
precio: La mayor complejidad estructural y la presencia de reglas con
parámetros optimizables pueden dar lugar a carteras sobreoptimizadas; con
resultados excelentes en las pruebas de Backtest
pero difíciles de explicar en operativa real.
De hecho, los críticos del timing niegan diferencias significativas entre los estilos estáticos y dinámicos de gestión. Algunos estudios van aún más lejos y afirman que, cuando se dispone de resultados reales suficientemente extensos, se observa que el estilo de gestión desempeña un papel más bien discreto frente al peso de los gastos y la frecuencia operativa. En promedio ganan más los fondos más baratos y con baja rotación de activos.
Así pues, a la hora de construir portfolios dinámicos conviene:
Andrés
A. García.
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