Sobre lo que sí vamos a reflexionar brevemente, dado que en
otros artículos hemos comprobado cómo la progresiva reducción del
Effective Range supone un claro cuello de botella para la mayoría de los sistemas intradiarios, es si un aumento notable y prolongado de la volatilidad es condición necesaria y suficiente para que el trading sistemático se beneficie de este escenario.
Pero antes, permítanme un inciso. A día de hoy lo que tenemos es esto, tal y como muestra el siguiente gráfico obtenido con
www.stockcharts.com:
O sea, un rápido movimiento de ajuste a la fuerte corrección de los mercados que, por ahora, sigue la pauta base de los últimos años y que ya veremos si en los próximos meses (sí...sí, meses) acaba por romperla. El miércoles 24 de mayo hubo miedo, mucho miedo: A pesar de que la larga mecha de esta barra no llegó a rozar en ningún momento la “temida línea roja” del nivel 20. Con todo, cabe conjeturar que en algún momento de la tarde se encendieron las alarmas; millones de particulares y, quizá, centenares de sistemas tendenciales a largo precipitaron una oleada de ventas que duró poco más de dos horas. ¿Quién drenaba este inmenso caudal? Sencillo: Numerosos estrategas de fondos discreccionales muy dinámicos, conscientes de que los altos niveles de sobreventa propiciarían un rebote de cierta amplitud, algunos (aunque pocos, pues la relación debe estar alrededor de 1:5) sistemas antitendenciales y los viejos zorros de la teoría de la opinión contraria. ¿Valió la pena? Si. ¿Falló algo esencial en las reglas de cierre de posiciones? No, no lo creo. Sencillamente los buenos algoritmos de gestión del riesgo están para eso.
A quienes dicen alegremente que la pauta de volatilidad ha cambiado, convendría recordarles la reciente historia del VIX -años 1998 a 2000- cuando niveles entre 20 y 30 se consideraban moderados y los índices no paraban de crecer, o el aciago bienio que va desde el segundo trimestre del año 2000 a mediados del 2002, donde se rebasó varias veces el nivel 40:
Eso si era volatilidad a lo grande, pero esto es otra cosa. Considero que un ajuste en la banda alta de estos tiempos (con mercados mucho más maduros y operativa sistemática generalizada) podría cristalizar entre 14 y 22, con picos máximos de 25 sin afectar demasiado a los sistemas tipo swing actuales y sin necesidad de modificar parámetros. Transcurrido un año y confirmado, caso de ocurrir, el ajuste en el rango 20-30 del VIX, procederíamos a revisar el protocolo de optimización.
Volatilidad y sistemas.
El modo en que afectan los cambios de volatilidad a los sistemas es un tema difícil de analizar, debido a la enorme variedad de estrategias y time frames en que se desarrolla la operativa, por lo que de momento, y a falta de análisis más profundos, sólo es posible aventurar las siguientes conjeturas:
Las estrategias tendenciales multimercado que operan con barras diarias o semanales son prácticamente inmunes a los cambios progresivos de volatilidad, pero no así a los grandes picos (amplitud de onda) con distribución aleatoria y frecuencia inferior a cinco veces el marco temporal base. En tales situaciones sus algoritmos de cierre de posiciones suelen producir señales falsas.
Los sistemas dinámicos basados en rangos de volatilidad aprovechan muy bien los grandes picos de escasa frecuencia, especialmente cuando operan en barras inferiores a 60 minutos. Sin embargo, permanecen prácticamente dormidos en los largos períodos de “calma chicha”, desaprovechando los prolongados movimientos suaves y continuos de la curva de precios.
Los
sistemas intradiarios puros, tal y como vimos en el artículo “
Cuando casi todos los sistemas fallan” son los que mejor se desenvuelven en un escenario de alta volatilidad. Al aumentar el
effective range tienen una mayor ventana de oportunidades para obtener beneficio, independientemente de la tendencia del mercado.
Los sistemas tendenciales tipo swing también se beneficiarán, aunque en menor medida que los anteriores, de los picos de volatilidad. Siempre y cuando la duración del tramo de alta volatilidad sea varias veces superior al time frame del sistema.
Los sistemas de reconocimiento de patrones, en principio, deberían actuar peor en momentos de fuerte y brusca volatilidad, debido a la distorsión producida en la “figuras” de los grupos de barras que desencadenan las órdenes.
Por último, ¿se debe reoptimizar ante un prolongado escenario de alta volatilidad? Depende de lo que entendamos por largo. Si durante un período de seis meses a un año, el patrón de volatilidad se ajustase al alza en un rango estable unos 10 puntos por encima de la pauta de volatilidad con la que venimos operando al menos durante el último año... Tal vez merezca la pena. Del mismo modo que merece la pena (si disponemos de un histórico suficientemente largo) entrenar al sistema en varios escenarios de volatilidad bien acotados, aplicando el que proceda en cada “marco-época”.
Andrés A. García.