Se pone de manifiesto (como en casi todas las estrategias tendenciales) que el sistema trabaja muy bien a favor de la tendencia mayor, pero es ineficaz tratando de sacar partido a los sucesivos retrocesos. El caso del S&P 500 y el NIKKEI 25 ilustra perfectamente esta cuestión:
En el índice americano, el sistema obtiene unos resultados a corto del 5,33% y a largo del 86,9%. El gráfico muestra una tendencia de fondo positiva, con un brusco y continuado retroceso (también mayor) entre septiembre de 2000 y octubre de 2002. En ambas tendencias mayores el sistema sigue perfectamente al mercado:
Pero en los retrocesos menores (10-20 sesiones) y medios (20-150 sesiones) el sistema entrega al mercado una buena parte de los beneficios, incluso cuando algunos de estos retrocesos suponen correcciones superiores al 25%.
El caso del NIKKEI 225 también es llamativo: En la década analizada muestra una tendencia de fondo bajista, por lo que las ganancias a corto (52,68%) y largo (30,38%) se invierten, aunque de manera más simétrica. Este es además el único caso, en el que el sistema (83%) consigue sacar una clara ventaja al índice de referencia (-34,31%).
(5) Fiabilidad.
Los sistemas tendenciales basados en medias tienen una fiabilidad muy baja, por lo general inferior al 50%: Incurren en muchas operaciones fallidas a cambio de una rentabilidad muy alta en las operaciones ganadoras. La fiabilidad media de este sistema se sitúa en el 34,39%. Sin embargo, el índice Positivos/negativos (5,01) indica unos beneficios medios por operación cinco veces superiores a las pérdidas medias. Este hecho sugiere (como veremos en el próximo artículo) realizar un análisis de dependencia para saber si podemos sacar partido de las series consecutivas de pérdidas mediante una adecuada gestión del número de contratos por operación.
en combinación con otras estrategias.
(III) Los resultados globales del sistema, incluso siendo más bien pobres, resultan fascinantes en un sentido: No suele ser fácil conseguir que un sistema no optimizable se mantenga "sobre la línea de flotación del mercado" nada menos que en seis grandes índices y durante una década.
(IV) En el próximo artículo confirmaré la siguiente hipótesis:
INCLUSO CON SISTEMAS MEDIOCRES, UNA ADECUADA GESTIÓN DEL RIESGO Y DEL DINERO MARCAN CLARAMENTE LA DIFERENCIA.