Indudablemente, no estamos ante una pregunta sencilla. Ni siquiera creo que sea posible traducir este interrogante a meros análisis estadísticos sobre formaciones precios en diferentes productos. En realidad, a día de hoy, confieso que no tengo una respuesta concluyente. Sin embargo, la que mejor se acomoda a mi percepción actual del tema tiene mucho que ver con las "verdades del barquero": El mejor mercado es aquel en el que, sintiéndome cómodo, consigo obtener beneficios de manera consistente... Y punto.
Con todo, analicemos algunas versiones convencionales sobre el tema:
1) Rango efectivo. Aquellos mercados que muestran una mayor amplitud de rango en históricos muy largos suelen proporcionar mayores oportunidades de beneficio, aplicando sobre ellos sistemas de corto recorrido; particularmente de tipo intradiario: Microtendenciales y de reconocimiento de patrones.
Ahora bien, una mayor amplitud de rango, quizá no sea deseable para todos los operadores, pues implica asumir mayores riesgos por unidad de beneficio. Es decir, cuando se trabaja en "alta frecuencia" (pocas barras y mucha volatilidad) resulta muy difícil la aplicación mecanismos efectivos de control del riesgo: Si ceñimos demasiado los stops estos saltarán a cada momento y no ganaremos nada. Pero cuando intentamos relajarlos, comprobamos, con bastante desconcierto, que empezamos a asumir riesgos intolerables en relación al tamaño de la cuenta. Este es un dilema de difícil resolución y que creará, tarde o temprano, grandes quebraderos de cabeza a casi todos, con independencia de la filosofía MM aplicada.
2) Largas colas. En diferentes ocasiones hemos dicho que las distribuciones de precios siguen una senda cuasi-aleatoria. Pero en realidad, no todos los mercados se acomodan a una distribución normal; pues, de lo contrario (y eludiendo bonitos juegos de salón tirando monedas al aire y aplicando MM) sería inútil implementar estrategias inherentemente ganadoras en el largo plazo.
Veámoslo con un sencillo ejemplo: Cuando lanzamos una moneda al aire cien veces, obtenemos una distribución de la longitud de las rachas como esta:
Esto es lo que cabe esperar de una distribución normal. Sin embargo, al analizar la secuencia de cada mercado ("cara" = cierre superior al anterior, "cruz"= cierre inferior) obtenemos distribuciones de precios que se alejan, en mayor o menor medida, de la pauta aleatoria. Por lo general, los mercados muy maduros y líquidos, tienen una menor cantidad de rachas largas, aunque el número de 3-5 sesiones consecutivas del mismo signo sigue siendo algo mayor que lo establecido por simple azar. En el otro extremo, los mercados emergentes y de cereales, divisas y algunas materias primas, suelen tener rachas más largas y consistentes, alejándose aún más del "paseo aleatorio". En este último caso, las estrategias basada en el seguimiento de tendencias, suelen obtener mejores resultados. Pero, por desgracia esta lógica no es tan obvia y choca con la irreducible y caprichosa realidad del insondable arcano.
3) Gastos de operativa versus tamaño del mercado. Normalmente lo que pagamos por operar en un mercado no guarda una relación directa con el tamaño del mismo: Ni en las garantías exigidas ni en las comisiones por operación. Tomemos como referencia cualquier broker, por ejemplo "AAA" (no me gusta hacer propaganda gratuita de nadie), sí:
- Un futuro del IBEX me permite controlar actualmente unos 117.000 €, y por ello pago a esta agencia 6$ por operación.
- Un futuro del E-mini Russell 2000 me permitirá controlar 73.900$ (50.252€). O sea, menos de la mitad que en el caso anterior. Sin embargo, esta agencia me cobrará 6$.
- Un futuro del E-mini Crude Oil me permite controlar hoy 57.800$ (39.304€), lo cual no impide que esta agencia aplique también 6$ por contrato.
¿Cuál es la mejor opción, desde el punto de vista de lo que pago y lo que obtengo?
En fin, podríamos seguir así con muchos más ejemplos y también podríamos seleccionar otras tarifas reales con menores comisiones, pero para el caso que nos ocupa el resultado sería el mismo: Si pagando menos puedo nadar en una piscina más grande, ¿Quién me obliga a tirarme en plancha a una pecera? Cierto que las volatilidades implícitas (y riesgos inherentes a operar cada mercado son distintos en cada caso). Pero incluso considerando esto, las diferencias persisten.
4) Tamaño del tick y liquidez. Aquí estamos ante una situación similar a la del juego de la Oca. ¿En cuantos saltos puedo llegar a la meta o caer en pozo? En principio dependerá de la suerte, pero también del tamaño de la zancada: Hay quienes piensan que es mejor operar mercados con ticks pequeños, ya que la horquilla bid /ask estará, en promedio, más cerrada y deslizaremos menos. Sin embargo, quienes afirman esto, se olvidan de una cuestión importante: La liquidez.
De poco servirá que el salto entre oferta y demanda sea muy pequeño, cuando en cada escalón existen muy pocas (o ninguna) posiciones compradoras o vendedoras. Por ejemplo, el futuro del Bund, tiene un tick de 10 € pero una enorme liquidez en casi todos los tramos horarios. ¿Sería mejor opción trabajar el Bobl el Schatz sólo por que su fluctuación mínima es del 0,005% frente al 0,01% del Bund? Indudablemente no, puesto que el primero tiene una actividad (sostenible incluso en minutajes extremos) una amplitud de rango claramente mejores.
5) Capital de faena / tamaño del mercado. Este factor determina de forma muy precisa la confortabilidad del trader: Hay productos como el FDAX que no son aconsejables para cuentas muy pequeñas, salvo que estemos dispuestos a asumir riesgos intolerables. Cada cual, al establecer su plan de trading, deberá ser consciente del nivel de apalancamiento que puede permitirse para obtener una relación riesgo / beneficio lo más favorable posible. En realidad, más que cualquier otro de los factores descritos, será el tamaño de la cuenta quien, en última instancia, determine que mercados están a nuestro alcance y cuales debemos evitar.
Para terminar, recordemos que ningún mercado es, en principio, bueno ni malo; todos ellos son instrumentos válidos para ganar dinero o incurrir en pérdidas obscenas. La clave está en elegir aquellos que mejor se acomoden a nuestro perfil inversor: Ergonomía situacional básica. ...O, quizá, no tan básica.
Andrés A. García.
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