No tomarse la operativa como lo que es: Un juego, en lugar de una actividad científica avalada por complejos cálculos matemáticos y brillantes estadísticas que, a fuerza de machacar cifras, nos dirán lo que queremos oír en forma de bellos cantos de sirena.
En caso contrario, no pierda el tiempo enredando con numeritos que, seguramente, ni usted ni yo entendemos y que sólo servirán para sacar lustre a unas reglas mediocres asentadas, quizá, en la compleja casuística de lo que pudo ser, pero jamás será igual en el futuro.
La llamada Ciencia Normal (a partir de ahora emplearé terminología de los filósofos Kuhn y Popper) se organiza en torno a modelos paradigmáticos de aproximación al mundo fenoménico (ciencias naturales) o formal (lógica y matemáticas) consensuados por una o varias generaciones de oficiantes (los científicos) que raramente -y salvo brillantes excepciones- se atreven a cuestionar los métodos, procesos y estrategias de investigación que constituyen el núcleo duro de un determinado paradigma. De cuando en cuando (pongamos una vez cada 50 años) algún que otro hereje genial (Galileo, Darwin, Einstein) se atreve a cuestionar el marco conceptual de una determinada rama de la ciencia, crea escuela, y eso hace avanzar en efímeras y grandes zancadas el conocimiento humano.
¿Por qué digo todo esto? Porque cuando oigo hablar a mis contertulios de la Bolsa (y, en particular, del trading sistemático) sobre algún "método científico" para especular en los mercados, me enveneno, echo bilis por la boca y ya no puedo seguir leyendo. ¿Cómo coño (con perdón) se puede ser tan petulante y estúpido? ¿Saben todos estos iluminados realmente lo que implica la metodología científica?
Bien, recordémoselo brevemente, a ver si por un casual somos capaces de dejar las cosas en su sitio:
¿Les gusta el método hipotético-deductivo? ¿Creen que tiene algo que ver con lo que hacemos y decimos en esta ciénaga de medias verdades y sueños inconclusos?
Repasemos sus pasos:
Sinceramente, querido lector: ¿De verdad cree que quienes diseñamos y operamos sistemas cumplimos los más elementales desiderata de la investigación científica?
Bien, veamos:
¿Modelos intersubjetivos de investigación en operativa mecánica? O lo que es lo mismo ¿Existe alguna forma consensuada, pública y eficaz de ganar dinero con estos artefactos?
Por reductio ad absurdum, si existiese dicha metodología -que no es el caso- dejaría de ser viable el preciso momento de ser sometida a escrutinio público. Los más veteranos en este juego lo saben con meridiana claridad, pues han visto repetidas veces cómo estrategias prometedoras, y hasta cierto punto eficaces en épocas pasadas, han dejado de funcionar por simple saturación. Un bello ejemplo lo encontramos en el célebre "sistema de las Tortugas" aplicado con notable éxito por el grupo de Richard Dennis durante toda una década, pero corregido una y mil veces empleando variantes anticipatorias (ejp. Turtle Soup) que trataban de paliar los embudos de órdenes situadas en los puntos de ruptura de los canales de Donchian. Con las bandas de Bollinger y la media de 200 sesiones ha ocurrido lo mismo.
Todo lo conocido falla, acomodándose, de algún modo, a la paradoja de la autoreferencia (o profecía que se cumple a sí misma): Regresión al equilibrio -y consiguiente triunfo de la hipótesis fuerte de los mercados- motivada por el hecho de que casi todos empleamos armas similares en similares batallas.
Visto desde un enfoque más psicologicista: Nos miramos unos a otros por el rabillo del ojo con la vana esperanza de que "algo" funcione por encima de las expectativas de aquellos a quienes vigilamos; olvidando que, en este juego, somos simultáneamente espectadores y actores. Por lo que la objetividad y el distanciamiento necesarios para formular un paradigma metodológico resultan imposibles.
En contrapartida, a qué podemos aspirar:
- A modelos explicativos (siempre aproximativos y, hasta cierto punto, heurísticos) basados en algunas inferencias estadísticas que fundamentan su validez en estudios más o menos rigurosos sobre la naturaleza de los mercados.
- A modelos de mercado que explican los movimientos de precios empleando herramientas metodológicas importadas de otras disciplinas: Psicología social, teoría del juego, ciencias de la computación, teoría general de sistemas, lógica matemática, macroeconomía, gestión monetaria... Pero que, raramente, nos dirán lo que queremos saber con la precisión necesaria como para construir un conjunto viable de reglas de operativa.
- A las verdades del barquero -o conocimiento fundado en el saber popular- en que se asientan algunos prodigios como el Calendario Zaragozano y cosas así.
- A la "artesanía del bit" exprimiendo una y mil veces los datos sobre cotizaciones históricas mediante el "grosero" y tedioso recurso al data mining.
- A construir modelos de naturaleza intuitiva, cargados de subjetividad pero amparados en un largo historial de éxitos y fracasos.
Ante estas alternativas, caben dos opciones:
El hecho de disponer de potentes equipos informáticos y sofisticadas plataformas de trading, no dice ni oculta nada sobre la naturaleza científica o artesanal de lo que estamos haciendo: Recuerde que también hay complejos programas para realizar cartas astrales, simular partidas de póquer o hacer quinielas.
Algunas falacias:
- El análisis técnico es una ciencia.
- El análisis fundamental también es una ciencia.
- Los patrones y regularidades observados en el pasado tienden a repetirse mutatis mutandi en el "lado derecho" de los gráficos.
- Con una buena y ultrasofisticada plataforma de trading se gana más (perdón, se pierde menos).
- Un sistema de calidad tiene que ser complejo porque la naturaleza de los mercados es compleja y cambiante.
- Nuestra experiencia, metodología y recursos disponibles son, en promedio, superiores a los de los demás.
Por favor, si de verdad se cree estas chorradas, ni se acerque a los mercados.
Andrés A. García
© Tradingsys.org, 2007