Más que de un objetivo único, podríamos hablar de una serie de propósitos de esta operativa que, en el contexto de una estrategia global y diversificada de inversión, serían los siguientes:
(1) Diversificar el riesgo inherente a las carteras de acciones, sobre todo en momentos de fuerte volatilidad y de tendencias bajistas.
(2) Sistematizar la estrategia de inversión mediante el empleo de modelos de actuación basados en reglas técnicas y en estrategias de gestión del dinero.
(3) Erradicar los componentes emocionales y subjetivos de la operativa tradicional mediante la automatización de los procesos de posicionamiento y salida del mercado.
(4) Reducir el tiempo dedicado a la operativa discreccional, dirigiendo los esfuerzos humanos hacia cuestiones más cretativas: Planificación, estrategia, investigación, etc.
(5) Aumentar la cultura inversora familiarizando a los inversores tradicionales con el empleo eficiente de las nuevas tecnologías.